TERAPIA ASISTIDA CON CABALLOS Y PERROS / CABALLOS
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</p> <p>Metodología / <strong>CABALLOS</strong>
Hay que tener en cuenta, antes de empezar la sesión, que dependiendo del perfil del usuario se hará un
tipo de sesión u otra y, por tanto, se realizarán unas actividades u otras.
Se define Hipoterapia como una de las modalidades de Equitación Terapéutica en la que el jinete debido a su discapacidad u otro tipo de afectación no ejerce ningún tipo de acción sobre el caballo; constituye un conjunto de técnicas rehabilitadoras complejas aplicables a un gran número de cuadros discapacitantes, fundamentalmente del aparato locomotor, e incluye diversas técnicas a desarrollar mediante metodologías programadas.
En el campo de la cinesiterapia facilita la estimulación y reeducación de patrones motores, así como la normalización de reflejos posturales.
Lo fundamental para entender el beneficio del movimiento del caballo se pasarán a explicar los principios terapéuticos que ofrece la Hipoterapia, aunque los usuarios que practican la Equitación Terapéutica, el Deporte Ecuestre Adaptado o Para Ecuestre también ser beneficien de ello:
El caballo transmite una temperatura corporal de unos 38º. Esta mayor temperatura con respecto a la nuestra, ayudará a distender y relajar la musculatura y ligamentos y estimular la sensopercepción táctil, además de estimular el sistema circulatorio beneficiando la función fisiológica en general de los órganos internos.
La relajación y elongación de los músculos aductores (por el calor transmitido desde el lomo del caballo a las extremidades inferiores del usuario) provoca la liberación del cinturón pélvico, por lo que se adquiere más flexibilidad y elasticidad, recuperando así su posición vertical correcta y su funcionalidad para la adaptación al movimiento del dorso del caballo. Además, el movimiento suave y rítmico del caballo causa la sensación de ser mecido, lo que provoca una sensación de bienestar.
El caballo al paso transmite al jinete 110 impulsos por minuto en una serie de oscilaciones tridimensionales en sentido anterior-posterior, elevación-descenso, desplazamientos laterales y rotaciones, simulando los movimientos de la marcha humana. Estos impulsos proporcionados por el caballo a través de su dorso y recibidos por el coxis, columna y transmitidos a todo el cuerpo del jinete, son imposibles de reproducir por ningún tipo de máquina o profesional.
Dado que la motricidad del ser humano se realiza por medio de estímulos dados desde la periferia provocando estímulos fisiológicos que regulan el tono muscular y el movimiento coordinado, en este caso todos los estímulos que se proporcionarán vendrán dados por este nuevo entorno.
El caballo al moverse hace que en su dorso se provoque una elevación de la grupa y la musculatura lumbar del éste; este movimiento hacia delante obliga al cinturón pélvico del paciente a adaptarse con un movimiento basculante. De esta forma, los impulsos fisiológicos se propagan hacia arriba por medio de la columna vertebral hasta la cabeza, provocando reacciones de equilibrio y enderezamiento del tronco. Estos impulsos no solo se transmiten a la pelvis si no también a las piernas del pacientes, provocando un relajamiento de los músculos aductores y los ligamentos pélvicos.
Los impulsos recibidos estimulan la erección de la columna vertebral fortaleciendo los músculos dorsales y abdominales. Consiste en proporcionar estímulos fisiológicos para regularizar el tono muscular y desarrollar el movimiento coordinado.
Esto último se basa en el concepto de que por medio de impulsos fisiológicos emitidos desde el tejido muscular y óseo, es posible activar y poner a disposición nuevas áreas neuronales dañadas como la plasticidad cerebral.
Equivalente al patrón fisiológico de la marcha humana, de gran importancia en el tratamiento de afectaciones neuromotoras como la PC.
El cerebro humano no solo registra movimientos aislados, si no toda una gama de patrones motores. El patrón fisiológico de la marcha humana que el paciente realiza durante la monta se graba en el cerebro y con el tiempo, se automatiza, lo que posibilita su transferencia a la marcha pedestre. La transmisión de este patrón adquiere mucha importancia en el tratamiento de disfunciones neuromotoras como la parálisis cerebral o aquellos que no pueden caminar, se entra en un círculo vicioso en el que no se domina la marcha por carecer de control necesario de la cabeza y la falta de coordinación del tronco.
Esta estabilización se adquiere mediante la marcha, de aquí la importancia de la TAC, ya que se rompe este círculo vicioso al ofrecer el patrón de marcha en la posición de sentado sin requerir el uso de las piernas, es decir, «el paciente camina sentado».
Como se ha descrito anteriormente, este patrón fisiológico se graba en el cerebro y con el tiempo se automatiza posibilitando su transferencia a la marcha pedestre.
El valor psicoterapéutico que ofrece este principio es que se ha observado que muchas disfunciones se expresan con fuertes angustias por el futuro, la capacidad para tomar decisiones y de ir tras metas previamente establecidas. La sensación de avanzar, caminar o correr hacia delante, directo, sin obstáculos que proporciona este patrón tridimensional ejerce gran influencia positiva sobre los estados psíquicos depresivos o angustiados.
Hay que resaltar el movimiento del caballo como algo beneficioso, ya que en la Hipoterapia el simple movimiento del animal aporta el mayor beneficio al usuario, ya que suelen ser personas muy afectadas.
En ella no se suele utilizar montura y en su lugar se utilizará un material de cuero denominado cinchuelo el cual tiene dos anillas, una a cada lado, para el agarre del sujeto y que va encima de una especie de mantilla, todo esto junto va ajustado a la barriga del animal para que no gire. Estos materiales facilitan la transmisión de los 3 principios terapéuticos mencionados anteriormente: el calor, los impulsos rítmicos y el patrón de locomoción tridimensional del caballo.
Como se ha dicho previamente, no solo los usuarios que realizan Hipoterapia se aprovechan de estos beneficios, también lo hacen todos los otros usuarios que practican equitación, aunque a través de la montura, el calor, los impulsos y el patrón tridimensional, son más difíciles de ser transmitidos y que lleguen a las extremidades inferiores debido a que no hay contacto directo con el dorso del caballo.
Para realizar una sesión de TAC es necesario haber realizado una valoración y un diagnóstico del cuadro clínico que presenta el paciente por parte del médico especialista que certifique el uso de la TAC.
El caballo se ejercita moderadamente antes de que el usuario lo monte, y siempre va acompañado de un profesional especializado en TAC que dirija la sesión y, si es necesario, de un acompañante lateral (ya que no tienen que dar apoyos que no sean necesarios, estamos haciendo a esa persona más discapacitada y no la estamos ayudando a mejorar su independencia y, en consecuencia, a que se acabe de integrar) que se preocuparán por la seguridad del paciente. Además, hay que contar con la persona que lleva el caballo, la guía, que se encarga en todo momento de controlarle y de anticipar situaciones adversas para poder controlar al caballo.
Para los casos donde el usuario no tiene control encefálico y de tronco, se realiza un tipo de monta diferente, ya que el terapeuta se encuentra sentado detrás del usuario en el dorso del caballo sirviéndole de apoyo y facilitándole la regulación de su tono y de su postura. Este tipo de monta perteneciente a la Hipoterapia se conoce con el nombre de Monta Gemelar o Back-Riding.
Encima del caballo y si el usuario lo permite (por su grado de afectación), se realizarán una especie de ejercicios físicos a modo de calentamiento (ejercicios gimnásticos), los cuales en los casos motores será un objetivo más funcional aunque el hacer un calentamiento es beneficioso para todo tipo de usuario para preparar el cuerpo para la acción y para ir acostumbrándose al movimiento del animal, estos ejercicios irán de menor a mayor intensidad y dificultad, además de variar en función de la patología a tratar. El hecho de estar encima del caballo al paso ya se están trabajando numerosos objetivos como el equilibrio, la coordinación, la flexibilidad, la psicomotricidad gruesa…
Durante las sesiones de TAC se estimula al paciente con juegos terapéuticos (psicológicos/pedagógicos), y es mediante ellos que se logra que el sujeto trabaje sus limitaciones sin ser consciente del esfuerzo que está realizando; por ello aumenta la motivación por la tarea y permite que se logren los objetivos con más facilidad. Estos juegos terapéuticos serán siempre funcionales al caso que estemos tratando, trabajando unos objetivos terapéuticos previamente planteados. Existen juegos en los que se solicita la participación de los padres o familiares para conseguir una interacción entre ellos, se trabajan pautas relacionales entre el paciente y su familia, además de los componentes físicos que estén relacionados con el juego.
En los casos donde haya un exceso de apego, no se recomienda que los padres intervengan en la sesión ya que impedirán la adherencia al tratamiento al estar «desconectados» del terapeuta, lo más probable es que intenten irse con sus padres evitando realizar la sesión.
En las otras actividades diferentes a la Hipoterapia, como la Equitación Terapéutica, en el Deporte Ecuestre Adaptado y en Para Ecuestre el caballo se suele preparar de la forma tradicional, con montura y estribos además de la cabezada de trabajo, ya que suelen ser capaces de vestir al caballo y, una vez montados en él, dirigirle y manejarle (ejercer un acción directa encima del caballo). De esta manera trabajamos la autonomía del usuario dentro del centro ecuestre para que posteriormente puede generalizar todas las conductas aprendidas en sesión fuera del centro.
La sesión puede convertirse en una actividad deportiva para los pacientes que, acorde a sus capacidades, puedan realizarlo. En estos casos los usuarios profundizarán más en los conocimientos del mundo del caballo y de la equitación; se le enseñará no sólo a llevar riendas si no de perfeccionar su monta aprendiendo las «ayudas» necesarias para la monta las cuales son fundamentales a la hora de comunicarse con el caballo.
Todo esto teniendo en cuenta que el desarrollo de la práctica de equitación dirigida a personas con discapacidad u otro tipo de afectación debe desarrollarse cumpliendo unas estrictas normas de seguridad por dos cuestiones fundamentales: En primer lugar, que la equitación es un deporte de riesgo; y en segundo lugar, que trabajamos con personas con necesidades especiales a las que fácilmente se les puede causar daño.
Para que se pueda garantizar la seguridad y la eficacia de los programas de rehabilitación por la equitación debemos garantizar dos aspectos fundamentales: la formación específica del terapeuta en el área ecuestre (Experto en Equitación Terapéutica) y, el trabajo en equipo para establecer y supervisar los objetivos de intervención en el programa de rehabilitación por la equitación.
Es muy importante que se lleve a cabo una planificación de todo aquello que se va a realizar en las sesiones como es el tipo de ésta, su duración y el material ecuestre que se va a necesitar. Por tanto, es necesario garantizar la seguridad en el desarrollo de las sesiones ecuestres, como también la observación continua de cada situación y cada tratamiento; siempre pensado, analizando y probando nuevas actividades.