TERAPIA ASISTIDA CON CABALLOS Y PERROS / CABALLOS

 

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Beneficios / <strong>CABALLOS</strong>

Acerca del tratamiento, beneficios obtenidos
El caballo y la equitación aportan múltiples beneficios al ser humano que podemos utilizar como tratamiento para la rehabilitación física y psíquica de los pacientes que se verán a lo largo del curso. Igualmente está demostrado su uso en Programas de atención y educativos de personas con discapacidad u otro tipo de afectación.

La actividad ecuestre reúne todas las condiciones necesarias para organizar la educación terapéutica de los niños, según Michel Le Metayer: “Organizar la educación terapéutica de los niños en las condiciones que les motiven, en forma de juegos o actividades de ocio. Alternar según la progresión del cada niño, una educación individual, en pequeños grupos, o en grupos más numerosos”.

Estas son justamente las condiciones que reúnen los Programas de Educación por la Equitación. Los pacientes asisten a las sesiones de Equitación Terapéutica motivados. De este modo, contamos con su participación, tan difícil de conseguir cuando trabajamos con otro tipo de tratamiento.

Gracias a su motivación por el hecho de montar a caballo, el niño está activo durante la sesión y el éxito del aprendizaje está basado en la participación espontánea del niño en la terapia, en la facilitación de la conducta anticipadora y comprensión de las leyes causa-efecto, memorización y automatización de gestos.

Así mismo, podemos decir que el caballo es un elemento igualador y normalizador de la persona puesto que sobre un caballo todos somos jinetes. Realidad que los terapeutas aprovechan para resaltar las capacidades de nuestros jinetes sobre el caballo.

En el campo de la atención y educación de personas con discapacidad u otro tipo de afectación, la rehabilitación por la equitación nos ayuda por la situación única que vive el paciente sobre el lomo del caballo. Una situación de dependencia respecto al terapeuta que facilita la comunicación con el mismo y aumenta los tiempos de relación y atención.

Asimismo, desde el punto de vista psicológico, se ha demostrado que, gracias a la equitación, mejora la autoestima, la atención y la concentración de los usuarios. El sujeto también experimenta un aumento de la seguridad en sí mismo y de la motivación para rehabilitarse.

Sin duda, otro punto a favor de la TAC es que el sujeto no percibe el tratamiento como un “suplicio”. Para la persona, el trato con el caballo es siempre diversión y, por lo tanto, se muestra siempre mucho más receptivo en los ejercicios de recuperación. Al desarrollar las actividades al aire libre, se favorecen además la relación del usuario con el entorno y el espacio.

Por tanto, es importante destácate que la TAC siempre debe contemplarse como una parte de un tratamiento para superar los problemas o dificultades y no como una medicina aislada; es una terapia complementaria.

Los niños, adolescentes e incluso adultos que participan en esta actividad han desarrollado su aparato neuromotor, aumentando sus destrezas y logrando un mejor manejo de su cuerpo. Han mejorado su calidad de vida y por ende sus vínculos familiares. La comunicación en el hogar y en la escuela suele mejorar, al extrapolar las conductas y comportamientos aprendidos en las sesiones de TAC. El binomio jinete-caballo estimula la capacidad, la responsabilidad, la confianza como así también reafirma su personalidad y propicia su integración social y comunitaria.

La TAC utilizada como complemento de los tratamientos clínicos, psicológicos, psicopedagógicos y sociales ha demostrado ser de una excelente utilidad médica mejorando las discapacidades y otro tipo de afectaciones.

La TAC es una terapia alternativa que ayuda a las personas con capacidades diferentes a tener una mejor alternativa de vida ya que con ella pueden mejorar muchos aspectos tanto físicos como psíquicos. Es una terapia complementaria y, por lo tanto, se debe combinar con las terapias tradicionales recomendadas por los médicos especialistas en cada caso.

La diferencia con otras terapias es que ésta incluye diferentes estímulos como el sentir el aire en la cara, escuchar diferentes sonidos de la naturaleza como el canto de los pájaros o el relinchar de los caballos, al ver diferentes colores en el pasto, flores y a los otros caballos y, sobretodo el estar haciendo esta terapia con otro ser vivo el cual nos permite trabajar con él por el bien de un ser humano. Además, el caballo es el único animal que nos puede ofrecer los principios terapéuticos de la TAC (base de la Hipoterapia): la transmisión del calor corporal, los impulsos rítmicos y el patrón de locomoción tridimensional. No solo los usuarios que realizan hipoterapia se aprovechan de estos beneficios, también lo hacen todos los otros usuarios que practican equitación, aunque a través de la montura, el calor, los impulsos y el patrón tridimensional, son más difíciles de ser transmitidos y que lleguen a las extremidades inferiores debido a que no hay contacto directo con el dorso del caballo.

El agitado ritmo de vida que tenemos la mayoría de las personas hacer que estemos en un constante estrés, por lo que se recomienda tomarse unas horas a la semana para montar a un caballo, romper la rutina, y así poder entender un poco más al caballo y a los principios básicos de la TAC.

Beneficiarios de las TAC y las TAP

• Enfermedades del aparato locomotor.

• Discapacidad psíquica.

• Enfermedades neurológicas.

• Discapacidad sensorial.

• Trastornos de la conducta y del comportamiento.

• Enfermedades mentales.

• Riesgo de exclusión social.

Cada caso se evaluará de manera individualizada para buscar que terapia de las dos presentes es la más adecuada para su perfil, y teniendo siempre en cuenta, además de las necesidades, las preferencias de los usuarios.