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Introducción

Las Terapias asistidas con caballos (TAC) están proliferando cada vez más como actividad terapéutica y representan una parte importante de la oferta de servicios en los centros ecuestres.

La Terapia Ecuestre, se configura como un tipo de terapia asistida con animales que se dedica en la actualidad con fines rehabilitadores para una amplia gama de trastornos tanto físicos como emocionales, cognitivos y sociales.

Una de las aplicaciones más frecuentes es la estimulación de personas con autismo.

Estado actual de las investigaciones en Terapia Ecuestre en personas con TEA

La investigación y la práctica con Terapias Ecuestres también han sido aplicadas al complejo mundo de los Trastornos del Espectro Autista. No obstante, mientras la práctica de la Terapia Ecuestre en este ámbito se está extendiendo rápidamente en todo el mundo, la investigación está dando ahora sus primeros pasos.

En España existen pocas referencias de prácticas o investigaciones en Terapia Ecuestre que se estén llevando a cabo con personas con TEA. Destacan:

  • La Fundación Carriegos en León.
  • El centro «El Asturcón» de Oviedo.
  • La Escoleta de Hipoterapia «Els Aurons«.

La Escoleta de Hipoterapia «Els Aurons» con un proyecto de investigación con la Universidad de Valencia promovió, en abril de 2007, el Primer Foro Europeo de Terapias Ecuestres, y fue en el seno de este foro donde Laurent Bailly desarrolló la ponencia titulada «Hipoterapia aplicada en Autismo».

En el año 2006, el Cincinnati Therapeutic Riding and Horsemanship presentó las conclusiones de un estudio piloto en el que se trataba de comprobar a través de minuciosas observaciones de grabaciones de video, si un programa de 8 semanas de monta terapéutica era capaz de incrementar las conductas adaptativas y de hacer disminuir las conductas negativas de 4 chicos con TEA. Los resultados obtenidos indicaron que el programa ocasionó un impacto incuestionable en el incremento de conductas positivas y en la disminución de las negativas.

Leitao (2004), realiza un estudio exploratorio en el que tratan de comprobar si la Terapia Ecuestre ofrece resultados positivos en la intervención en las 3 áreas de afectación del autismo (comunicación, socialización y conducta). El trabajo se realizó con 5 chicos con TEA entre 5 y 10 años de edad que realizaron una sesión de Terapia Ecuestre semanal durante 6 semanas. Para la confirmación de los efectos se tomaron medidas pre y postest a través de cuestionarios de observación, utilizando el perfil psicoeducacional de Schopler y otros (1994) y la lista de control para la evaluación y el tratamiento de autismo de Rimland y Edelson (2000). También se emplearon técnicas audiovisuales. Los resultados obtenidos fueron plenamente satisfactorios en las áreas evaluadas.

Lercari y Rivero (2006), realizaron un experimento con 12 alumnos con TEA entre 6 y 12 años. El objetivo general de la investigación consistió en comprobar si la monta terapéutica permite fomentar la interacción social de los chicos con autismo. Los gráficos realizados con los datos recogidos trimestralmente permiten observar que se produce una indudable mejora en las conductas evaluadas, por lo que se concluye en este estudio que la monta terapéutica fomenta la interacción social en los chicos con autismo a través de la estimulación, de la toma de iniciativa y de la estimulación de conductas comunicativas (fundamentalmente no verbales). En este sentido, se pudo observar que la capacidad para tomar iniciativa y el aumento de conductas comunicativas no sólo se pusieron de manifiesto en su interacción con los caballos, sino que se produjeron generalizaciones a los terapeutas, ayudantes y personas del entorno familiar.

Algunos trabajos sobre los beneficios que les reporta la TAC a las personas con TEA

Aunque las evidencias científicas no sean aún ni mucho menos definitivas, parece que en la literatura consultada se van acumulando evidencias de que la monta terapéutica fomenta la comunicación de las personas autistas, la mejora de la interacción social y el aumento de las conductas adaptadas a la par que disminuyen las desadaptadas.

Como profesional dedicada a este ámbito, comparto con Lercari y Rivero (2006) que montar a caballo incrementa la interacción social de los chicos con autismo esencialmente por tres motivos:

  1. Los impulsos rítmicos transmitidos por el caballo permiten un íntimo y sutil contacto, organizado y no agresivo que permite iniciar un contacto comunicativo con el animal.
  2. Con esta clase de actividad el jinete experimenta una sensación agradable, debido fundamentalmente al contexto natural de interacción, generando de esta manera una disminución de las frustraciones y aumentando las conductas gratificantes.
  3. El hecho de que se necesiten poner en marcha conductas intencionales para realizar la actividad motivadora de la monta hace que esta actividad en sí sirva de motivador y que posteriormente estas conductas intencionales puedan exhibirse cuando se trate de interacciones entre iguales.

Freire (1999 y 2000) también destaca que la función motora de la Hipoterapia puede favorecer los aspectos motivacionales y una mejor opinión del mundo a través de la mejora de los ajustes tónico-posturales de los chicos con TEA. Asimismo, Freire comenta que:

  • Los caballos no son depredadores y que su permanente estado de alerta sirve como defensa contra los atacantes garantizándo su supervivencia.
  • Cuando los niños con autismo empiezan a percibir las reacciones del caballo, se sienten estimulados para conseguir un acercamiento al animal, para lo que deben poner en marcha todos sus recursos comunicativos, que suelen ser inicialmente gestuales y táctiles.
  • Existen semejanzas entre los comportamientos autistas y algunas actitudes el caballo:
    • Los ambientes desconocidos, los ruidos fuertes y los cambios de rutina producen malestar e ambos y les causan un estado de excitación y alerta que se manifiesta en su lenguaje corporal.
    • Toleran un abanico restrictivo de contactos físicos y éstos nunca deben ocurrir de forma impositiva.
    • Estas similitudes favorecen el contacto ente jinete y caballo de forma que permiten establecer pautas de interacción que posteriormente pueden ser utilizadas con otras personas.

Browm (2003), psicólogo especialista en ABA (análisis conductual aplicado a chicos con autismo), pone el acento en las similitudes entre la conducta autista y las conductas de los caballos. Señala que pensar en las similitudes entre la conducta autista y caballos pueden ayudar a estructurar y a hacer más eficaz el trabajo con estos niños. Los caballos y los chicos con autismo suelen tener más problemas en el procesamiento de la información en la modalidad auditiva que en cualquier otra modalidad sensorial. Se estima que la mitad de los niños con autismo nunca llega a desarrollar la lengua hablada con un uso funcional, pero sí pueden lograr comunicarse a través de imágenes.

Aunque el planteamiento más radical y novedoso, respecto a estas similitudes, no solo entre la conducta sino entre la cognición de los animales y las personas con autismo, ha surgido en los últimos años de la mano de Temple Grandin, quien se doctoró en Ciencia Animal en la Universidad de Illinois y quien escribió libros como «Thinking in Pictures» (Pensando en imágenes).

Grandin (2006):

  • Parte de la hipótesis de que puede entenderse mucho de los animales y de las personas con autismo si nos centramos en la diferencia entre las partes superior e inferior del cerebro.
  • La razón por la que a las personas sin discapacidad les cueste tanto ver -y probablemente oír, oler, saborear y sentir- los detalles, es la interferencia que llevan a cabo los lóbulos frontales, situados en la parte superior del cerebro.
  • Los animales y las personas con autismo perciben los detalles bien porque sus lóbulos frontales son más pequeños o están menos desarrollados (en el caso de los animales) o porque no funcionan todo lo bien que podrían hacerlo (en el caso de las personas con autismo).

Las personas sin discapacidad, debido a su percepción abstracta, esquemática, tienen cierta facilidad para bloquear los datos sensoriales brutos. Un cerebro sin discapacidad, con un funcionamiento adecuado, es capaz de bloquear los detalles irrelevantes tanto si quiere como si no. Los animales y las personas autistas son diferentes, no pueden bloquear los estímulos. De hecho, Grandin piensa que ambos ven el mundo como una masa emoliente de detalles minúsculos, ven, oyen y sienten las cosas que las personas sin discapacidad no pueden oír.

El permanente estado de vigilancia de los animales, la percepción de los detalles (hipersensibilidad), la incapacidad para bloquear los estímulos debido a ciertas disfunciones de las capacidades ejecutivas instaladas en los lóbulos frontales y la ausencia de lenguaje simbólico, hacen que el mundo emocional tanto de los animales como de las personas con autismo se presente como frágil y con poca capacidad de control sobre el mismo. El miedo, el pánico, las conductas de huida ante determinados estímulos y contextos, las reacciones exageradas ante luces, sonidos, tactos, etc. tanto de los animales como de las personas con autismo dan prueba de ello.

Grandin (1997, 2000 y 2006) piensa que todas las similitudes en la percepción, la cognición y en la vida emocional, entre los animales y las personas autistas, hacen a éste últimos que se encuentren en una situación de privilegio respecto al análisis de sus necesidades y a las posibilidades de su manejo.

Las peculiaridades cognitvas y conductuales de los chicos con TEA obligan a tener en cuenta algunas sugerencias que permitirán adaptar la actividad de la monta a sus peculiares necesidades educativas especiales.

Teniendo en cuenta autores como Horvát, Német y Galas (2003), Browm (1996) y Tortosa (2001), considero los siguientes aspectos como algo esencial cuando se desarrolla un programa de Terapia Ecuestre con chicos con autismo:

  • Debido a que todas las personas con autismo muestran en mayor o menor grado los signos de rechazo ante situaciones y actividades novedosas, debemos estar atentos a los signos de rechazo:
    • A veces, el rechazo manifiesta con gritos, con rabietas, o dejándose caer en el suelo como conducta de negativismo.
    • Este rechazo puede ser manifestado a la hora de cepillar al caballo, ponerse el casco, pisar ciertas manchas en el suelo o al pisar la arena de la pista (aunque puede que le incomode el hecho de que la arena entre en sus zapatos), etc.
    • Los psicólogos expertos que han tenidos contacto con chicos con autismo señalan que es preciso utilizar técnicas ligeramente intrusivas, acercando al chico a la nueva situación con suavidad pero con decisión, ya que cuando se suben al caballo, todos los chicos han respondido a la «intrusión» más menos de la misma manera, es decir, con aceptación de la nueva experiencia, además de recibirla con alegría, entusiasmo y motivación por la monta.
    • Destacamos que una vez que se incorporan a la rutina de la actividad, suelen encontrar en ella una fuente de satisfacción y de seguridad; ya que comprueban que el caballo es un ser franco, sin ambigüedades, que precisa unas claves para la relación más cumples y directas que lo que requieren las relaciones humanas.
  • Las personas con autismo tienen dificultades en lo que se conoce como la Teoría de la Mente:
    • Esto quiere decir que los niños con autismo tienen capacidades limitadas a la hora de atribuir los estados mentales (pensamientos, emociones, deseos, y así sucesivamente) a otros seres, y con ello poder explicar y predecir sus comportamientos.
    • Esta capacidad es esencial en la vida social para poder predecir y entender el comportamiento de los demás. En el manejo del caballo, esta capacidad es también muy importante, porque nos ayuda a prever los comportamientos y las reacciones del caballo, y nos permite prepararnos para responder a estas reacciones.
    • Ya que los niños con autismo carecen de esta destreza, suelen presentar dificultades a la hora de predecir los comportamientos del caballo. Por ello, debemos trasladar a los usuarios con autismo cuál debe ser un comportamiento preventivo cuando se manejan caballos, además de enseñarles cuáles son los signos que se deben observar en un caballo para extremar las precauciones.
    • Estas «explicaciones» deben hacerse en el momento y utilizando apoyos visuales; en algunos casos, las historias sociales también pueden ser útiles para el aprendizaje de las prácticas seguras.
    • Son especialmente importantes, en todos los pasos de la actividad, la información visual y el ambiente convenientemente estructurado, desde la preparación de la monta, la monta en sí y la despedida. Es decir, estructura el ambiente y aportar claves visuales suficientes de forma individualizada, permitirá solucionar muchos problemas de comportamiento y ayudará a crear un ambiente emocionalmente seguro.
  • Los usuarios con autismo presentan dificultades en el lenguaje oral, tanto en los aspectos expresivos como en los comprensivos:
    • La variabilidad en las competencias lingüísticas es muy grande, ya que muchas personas con autismo no llegan a elaborar un lenguaje oral funcional, mientras otros tienen un lenguaje formal perfecto que sólo se diferencia del de una persona sin discapacidad en algunos detalles funcionales.
    • No obstante, la dificultades de comprensión del lenguaje oral, la dificultad para establecer relaciones de causa-efecto y, por lo tanto, para anticipar situaciones, y las incertidumbres que les produce el hecho de realizar actividades desconocidas, hace conveniente que les aportemos claves visuales antes de las sesiones y durante las mismas. Se puede utilizar un tablero en el que se representen con pictogramas las distintas actividades a realizar en cada sesión de monta.
  • La rigidez de comportamiento que muestran los usuarios con TEA tienen sus ventajas y sus desventajas:
    • Es verdad que se comportan de un modo poco flexible ante la propuesta de nuevas tareas (la intrusión como buena estrategia para solventar este aspecto), pero esta inflexibilidad puede tornarse en el manejo de animales en una conducta adaptativa, ya que les facilita el uso escrupuloso de los cepillos en la higiene o de las prácticas de seguridad una vez que éstas han sido asumidas en su repertorio de conductas.
    • Rasgos actitudinales como la meticulosidad, la atención por los detalles, la honestidad, la fiabilidad, la resistencia a la rutina, el perfeccionismo, la perseverancia, la constancia, la responsabilidad, la memoria de repetición, la competencia en tareas mecánicas y repetitivas con alto rendimiento laboral, cálculo y retención de datos, memoria a largo plazo, nivel de concentración y rendimientosupone un elevado valor potencial en el trabajo (Saldaña y otros, 2006).
  • La hipersensibilidad y la falta de atención deben ser tenidas en cuenta en todo momento. Por ello, debemos simplificar las sesiones limitando en lo posible los estímulos ambientales y procurando que las sesiones se ajusten a las posibilidades atencionales de cada usuario.
  • Debido a las limitaciones en sus capacidades de imitación, para ejemplificar algunas instrucciones que los chicos deben seguir en el manejo de caballos, puede que no sirvan exclusivamente las instrucciones verbales y los apoyos visuales. En algunos casos tendremos que recurrir a la utilización de técnicas de encadenamiento hacia atrás, que consisten en descomponer la secuencia de un determinado aprendizaje en objetivos de conductas muy delimitados, proporcionando total ayuda para la realización de la conducta completa, e ir desvaneciendo las ayudas desde el final hacia adelante, de modo que el niño realice la conducta cada vez con menos ayuda; lo último que realizará por sí solo, será el primer paso de la secuencia.
  • El ambiente estructurado y predecible que supone la relación con el caballo ayuda también a la introducción de variaciones en el contexto de interacción que permitirán, a los chicos con autismo, mejorar su inflexibilidad mental en un contexto motivacional alto que hace que se admitan mejor los cambios que en otros ambientes más exigentes y desestructurados.
  • Para que la Terapia Ecuestre sea acertada para chicos con autismo, los profesionales/expertos que trabajen en las sesiones del programa deben tener una formación teórica mínima acerca de las peculiaridades de estos chicos y de los objetivos que se pretenden con esta actividad. Además, el conocimiento de las necesidades educativas de estos alumnos permitirá a los profesionales responder consistentemente ante conductas comunicativas o gestuales (miradas, coger al adulto de la mano, acercarse a un objeto y mirarlo). Aunque estas conductas no sean intencionales, deben ser aprovechadas para dales un sentido comunicativo.
  • Por último, hay que señalar que la intervención debe estar marcada en general por la utilización del aprendizaje sin error. La utilización de éste consiste en no atender a los errores, adaptar los objetivos al nivel evolutivo del niño/a, asegurar la adquisición previa de los objetivos de conducta que se pretenden enseñar, descomponer al máximo los objetivos educativos, controlar la presentación clara de los estímulos discriminativos y neutralizar los irrelevantes, evitar factores de distracción y ambigüedad en la situación educativa, usar códigos sencillos y mantener motivado/a al niño/a mediante el uso de reforzadores suficientemente poderosos.

Beneficios de la TAC para niños con TEA

Como señala Falke (2009), la Equinoterapia puede ofrecer a estos niños diferentes actividades que estimulen su desarrollo y su relación con el entorno que le rodea. Esto permite el desarrollo de diferentes habilidades que mejoran la ejecución funcional de los niños con TEA.

Según Maciques (2013), la Equinoterapia promueve la rehabilitación en niños con TEA ayudando a disminuir la motricidad torpe a nivel neuromuscular, cognitivo, psicológico y social. Todo ello se consigue aprovechando movimientos tridimensionales del caballo y con su calor corporal e impulsos rítmicos, se estimula todo tipo de alteraciones ayudando al desarrollo del equilibrio, coordinación, interacción social, etc.

El niño realiza diferentes ejercicios sobre el caballo estimulando ciertos músculos y articulaciones que desarrollan su motricidad fina y grasa. De esta manera, se accede también a la estimulación de las áreas sensomotoras y neuromotoras.

Maciques (2013) muestra las distintas formas de aplicar la Terapia asistida con caballos (TAC) en niños con TEA. Cada una de ellas cumple diferentes objetivos y técnicas:

  • Hipoterapia: se realiza sobre el dorso del caballo y se basa en la transmisión del movimiento y el calor corporal del caballo al jinete. Se desarrolla el tono muscular y las articulaciones, el equilibrio, la coordinación psicomotriz y la simetría corporal y, por otro lado, se favorecen los niveles cognitivos, comunicativo y de personalidad.
  • Equitación terapéutica: se utiliza el caballo y todo su entorno. Se buscan soluciones a las dificultades de aprendizaje que presenten los niños con TEA. Entre los efectos conseguidos se destaca la afectividad, tanto por los caballos como por las personas que los rodean, el estado anímico, la atención y la concentración.
  • Equitación adaptada: beneficia las relaciones sociales y afectivas ayudando a solucionar las dificultades de adaptación de los niños con TEA.

También convendría destacar las áreas en las que la TAC aporta beneficios en niños con TEA. Según la autora Woolfolk (1985), los áreas más beneficiadas son:

  • Área de comunicación y lenguaje: incremento del vocabulario, construcción de oraciones y frases, articulación de frases, mejora e incremento de comunicación y expresión, estimularon del lenguaje oral y escrito, además de una mejora en la comprensión del mensaje.
  • Área psicológica y cognitiva: mejora de la autoestima y confianza, desarrollo de la capacidad de atención, potenciación del sentimiento de normalidad, autocontrol de emociones y mejora de la memoria.
  • Área de socialización: fomento de las relaciones fuera del entorno familiar y escolar, adquisición de nuevas vivencias, respeto y amor por los animales.
  • Área motora: desarrollo de la locomoción, lateralidad, la motricidad fina y gruesa, regulación del tono muscular, construcción del equilibrio y aumento de la elasticidad, velocidad y fuerza.

A medida que se van realzando las sesiones de TAC, los niños con TEA mejoran bastantes aspectos. Woolfolk (1985) nos señala los efectos que se pueden destacar:

  • Aumento de la atención y concentración.
  • Aumento de la confianza y autoestima.
  • Adaptación al medio.
  • Disminución de los impulsos agresivos.
  • Desarrollo de la comunicación verbal y no verbal.
  • Motivación.
  • Mejor desenvolvimiento social.

En esta terapia es muy importante definir los objetivos que se quieren conseguir a corto, medio y largo plazo, para poder ir comprobando que se van cumpliendo y constatar los beneficios más claramente.

Los objetivos de la TAC en niños con TEA que detallaron Woolfolk (1985), Gross (2006), Lázaro (2000) y Maciques (2006) son los siguientes:

  • Objetivos generales:
    • Evaluar la mejora en las habilidades sociales.
    • Evaluar la mejoría en las habilidades de comunicación y lenguaje.
    • Evaluar la mejoría del área motora.
    • Evaluar la mejoría del área cognitiva y psicológica.
    • Crear personas libres y autónomas.
    • Promover la integración.
    • Aceptar las normas de convivencia social y de participación.
  • Objetivos específicos:
    • Aumentar el vocabulario.
    • Incrementar la comunicación oral, gestual y escrita.
    • Reconocer y nombrar objetos.
    • Establecer contacto visual cuando se dirigen a ellos.
    • Participar en conversaciones.
    • Comprender y compartir deseos y emociones.
    • Relacionarse con los animales y personas de su entorno.
    • Participar en actividades sociales.
    • Responder a la sonrisa cara a cara.
    • Estimular la socialización y el validismo.
    • Buscar soluciones a problemas.
    • Incrementar habilidades y destrezas.
    • Repetir movimientos y sonidos.
    • Adquirir autonomía e independencia.
    • Estimular la concentración en estímulos.
    • Condicionar patrones adecuados de conducta.
    • Desarrollar la motricidad fina y gruesa.
    • Desarrollar el equilibrio y la coordinación.
    • Regular el tono muscular.
    • Comprender e identificar los símbolos visuales.
    • Desarrollar la memoria de trabajo.

Por último, es importante señalar los beneficios que aporta la TAC a los niños con TEA según Woolfolk (1985):

  • Estos niños ven mejorada su atención y concentración a causa de los estímulos recibidos. Esto hace que obtengan una mejora en la capacidad de respuesta.
  • También se estimula la necesidad de comunicarse y, por lo tanto, la necesidad de compartir sus emociones y deseos.
  • Otro beneficio que se obtiene es la disminución de comportamientos alterados y de mala conducta. A consecuencia, la obediencia se ve favorecida.
  • Con la facilitación de la interacción social y la comprensión de diálogos, se consigue influir positivamente en las actividades realizadas en su vida diaria.
  • También se consigue estimular conexiones nerviosas del área de Broca (producción) y Wernicke (comprensión), lo que permite mejorar la motricidad del lenguaje y la articulación de palabras y sonidos.
  • Destacamos otro beneficio como es la mejora de la atención y la memoria.
  • El niño con TEA se siente seguro de sí mismo, por lo que aumenta su autoestima y autoconfianza.

Hormonas en TEA

Debéis saber, que recientemente se ha puesto de manifiesto la influencia de determinadas hormonas como la oxitocina, la progesterona y el cortisol, en el comportamiento social, afectivo y comunicativo de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Por tanto, se considera muy útil el estudio de tal comportamiento hormonal en personas con TEA y cómo puede actuar éste ante el contacto con el caballo.

Tan solo se pueden destacar los trabajos llevados a cabo en la Universidad de Extremadura. En primer lugar, el llevar a cabo en un grupo de trabajo donde se demuestra que las Terapias ecuestres, para un grupo de alumnos con TEA, reducen significativamente los niveles de cortisol en saliva y aumentan, del mismo modo, los niveles de la hormona progesterona, también en saliva. Esto les llevó a la conclusión de que esta forma de terapia para personas autistas conduce a una mejora de actitudes sociales y emocionales, lo que se confirma con la modulación eficaz de las hormonas estudiadas.

Para aclarar el tema «hormonal»:

  • Se destaca el interés por la oxitocina ya que esta forma parte de un sistema neuroendocrino como actividad en los efectos beneficiosos de los estímulos sociales positivos (Engelmann et al, 2000) y esto puede ser determinante en el TEA, donde el área social es, entre otras, una de las más afectadas.
  • Se ha descubierto una clara interpelación entre oxitocina y cortisol (Kovacs, Sarnyai y Szabo, 1998; Uvnas-Morberg, Bjokstrand, Hillegaart y Ahlenius, 1999; Agren y Lundeberg, 2002; Ditzen et al, 2009) ya que la oxitocina contrarresta los efectos del cortisol, la hormona del estrés (Legros, 2002).
  • Otros estudios, como el de Stephanie Brown (2009) han establecido a la progesterona como posible parte de la base neuroendocrina para la vinculación social.

Conclusiones

Teniendo en cuenta autores como Signes (s/f), Maciques (2013), Woolfolk (1985), Gross (2006), y a mi propia experiencia, se ha podido comprobar que la TAC, utilizada en niños con autismo, presenta ventajas y beneficios a nivel de comunicación social y lenguaje, y a nivel cognitivo y psicológico. Queda demostrado que el contacto con el caballo proporciona muchísimos estímulos y sensaciones que ayudan a mejorar éstas áreas.

De acuerdo con Gross (2006), gracias a la relajación que proporciona el movimiento del caballo, los movimientos estereotipados se reducen considerablemente y se consigue un aumento de concentración que permite trabajar de forma calmada, sin estrés ni episodios conflictivos. Al estar más relajados se sienten seguros en ese entorno, por lo que están a gusto y se sienten felices.

Cabe destacar que, al ser un entorno natural sin ruidos excesivos, se reducen las situaciones que provocan ansiedad o miedo.

Se ha puesto de manifiesto la relación de algunas hormonas con la monta terapéutica; aumentando algunas positivas como la oxitocina y la progesterona, y disminuyendo otras negativas como el cortisol.

En lo referente al área de habilidades sociales y de comunicación, y en concordancia con Woolfolk (1985), es importante señalar que las mejoras obtenidas no son tan elevadas con respecto a otras. Aun así, se producen unas mejoras que son observables y que constituyen un paso muy importante para la vida de estos niños; ya que les permitirá relacionarse con otras personas, tener las estrategias necesarias para comunicar lo que necesitan y valerse por sí mismos.

De todos los usuarios con autismo que trato, todos y cada uno de ellos, aunque compartan grandes rasgos o «peculiaridades«, son muy diferentes entre ellos. Por ello, no todos los niños responden de la misma manera, ya que he podido comprobar que cada uno de los usuarios responde de una manera distinta a las diversas actividades y que no todas sirven para ellos, independientemente del diagnóstico.

Cada niño es un mundo, y como los niños sin discapacidad, también tienen sus gustos, aficiones y motivaciones; aspectos a tener en cuenta a la hora de intervenir.

En definitiva, y de acuerdo con Falke (2009) y Woolfolk (1985), la Equinoterapia combinada con la terapia clínica es una alternativa muy eficaz para tratar TEA. Con ella se puede dar respuesta a diversas necesidades que tienen los niños con TEA y que les ayude a desarrollarse lo más plenamente posible.

Fuentes:

  • Carmen Tabares Sánchez, Florencio Vicente Castro, Susana Sánchez Herrera, Socorro Algo, Javier Cubero Juánez: «Cambios hormonales por el efecto de la terapia asistida con caballos en personas autistas».
  • Carlos Pajuelo Morán Carlos, Andrés García Gómez, Manuel López Risco, Eloise Guerrero Barona, Jesus Carlos Rubio Jiménez y José Manuel Moreno Manso: «La Terapia Ecuestre como instrumento de mejora de las capacidades de adaptación en alumnos con trastornos del espectro autista (TEA)».

¡Espero que os haya gustado emoticanimaleros!

 

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